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domingo, 18 de septiembre de 2011

La moto


Qué ganitas tengo ya de que se acabe la campaña, que se supone que no ha empezado todavía. Porque por más que me lo propongo, por más que cuento hasta 98.675.645.342.475 al final, me termino cabreando siempre.

Vamos a ver, señores del poder y aspirantes: Que, pese a sus esfuerzos por convertirnos a nosotros y a las generaciones futuras en idiotas, todavía podemos pensar solos y sacar conclusiones. Que, se les olvida siempre, el poder es nuestro y no suyo (ni de la tele, vamos), y que deberían agradecernos nuestra paciencia y no tirar más de la cuerda, que estamos ya morados, con tanta tensión, real o convenida.

Que digo yo que si se puede reducir el paro siempre en épocas electorales, (recuerdo la promesa anterior de Zapatero de reducirlo al 7%. No sé si reírme o echarme a llorar), sería bueno explicar por qué no se ha hecho hasta ese momento. Y lo mismo con la subida de las pensiones, o con la creación de empleo estable. Y qué decir de la reforma de la enseñanza, que todo el mundo político coincide en que hay que acometer, pero que cada cual, cuando le toca, la acomete con nocturnidad y alevosía, dejándola para el arrastre de una a otra legislatura. Y así andamos, con un nivel por debajo de la media europea en comprensión de lectura de nuestros estudiantes (y aquí, en Andalucía, la media es inferior, todavía, a la media del resto del país), que digo yo que será por eso que nos van a televisar “El Debate”, porque no entendemos bien lo que se publica escrito.

Y los aspirantes, llegan amenazando con quitar derechos civiles y sociales a colectivos que, aunque les parezca mentira, están compuestos por personas también.  Con la orientación sexual que les dé la gana, oiga, que para eso es suya. Miedo me dan cuando se erigen algunos en sabedores de lo que es “natural” y lo que no lo es. ¿Y si un día, lo natural es la familia de cuatro miembros (dos de ellos, los mayores, por supuesto de distinto sexo) y un perro? Con lo que ensucian los perros el sofá, que lo tengo blanco. Y a ver dónde voy yo, a estas alturas, a por el miembro que me falta.

Hasta estas familias “naturales” se indignan cuando no llegan las ayudas de la famosa Ley de Dependencia, o cuando no pueden pagar la hipoteca, inflada como un globo, por la falsa boyante economía de la legislatura anterior y la presente. O cuando esperan y esperan y esperan y esperan, para acceder a un especialista que les dedica tres minutos para mandarles una prueba que hay que volver a esperar y a esperar y a esperar, antes de esperar de nuevo para que nos la interprete y nos mande algo que nos alivie por lo menos. Eso si no te mueres antes, que casos se han dado para la historia. En esta y en la otra legislatura. Y los que se darán. Podría seguir, pero seguro que seguís solos.

Vale que la democracia es el mejor de los malos sistemas de gobierno, hasta ahí estamos, y yo, el día que toque iré a votar, seguramente en blanco. Porque es mi derecho y mi deber, si luego quiero escribir cosas como estas. Pero de eso a comprarles la moto…

1 comentario:

  1. Miedo me da el 20N, miedico me da con las noticias que leo últimamente...

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