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martes, 24 de mayo de 2011

Sobreviví



Sabe dios cómo, un año más he sobrevivido a la Semana Santa malagueña. Aunque he de confesar que buena parte del mérito ha sido cosa del mal tiempo que yo agradezco, con perdón de los señores cofrades.

Ya sólo me queda la Feria, y en esa ya, no creo que el tiempo sea mi aliado. Es en Agosto.

Para mí, que las aglomeraciones siempre me han puesto de los nervios, son las dos épocas del año en que Málaga se pone insufrible. No se puede dar un paso sin que te lo pisen, o se lo pises tú a otro. Suelo salir perdiendo en esa guerra, calzo un 36.

Te estrujan, te empujan, te impiden el paso, te hacen dar vueltas estúpidas para llegar donde siempre, te clavan en cualquier sitio como a cualquier foráneo, y te dan unos sustos de muerte cuando te encuentras rodeada de filas y filas de señores disfrazados de Klu-Klux-Klan, que te amenazan con ponerte pringando de cera como te descuides lo más mínimo. O La Legión, con sus armas al hombro y su esguince en el cuello, que la gente disfruta como si fueran fuerzas de la ONU y vinieran a liberarnos o algo, tan marciales, tan verdes, con su cabra tan acostumbrada al fervor de multitudes que desfila como Giselle Bundchen.  Y si cantan, el fervor popular sólo es comparable al que despierta Bisbal o Ronaldinho.

Y lo peor, las colas interminables en los lavabos de señoras, que para colmo, cuando ya, por fin, entras a punto del baile de San Vito, están tan asquerosos, que hay que decidir rápido si hacer lo que venías a hacer, o vomitar directamente. Total, un espectáculo a decir de algunos.

No me quejo porque soy consciente de que mi ciudad vive del turismo, y como el slogan es: Al Turismo una sonrisa, pues eso, a sonreír aunque por lo bajinis te estés acordando de su madre cuando te pisan los guiris con sus sandalias enormes, y su cara de gamba congestionada por el sol y por las birras, tan baratas a pesar del clave.

Y digo guiri, por diferenciarlos de los madrileños (mis paisanos por cierto), que en estos días nos invaden pacífica pero irremediablemente, con su acento inconfundible, y esa cara de asombro de que en provincias también estemos de obras. Como si los agujeros en el suelo fueran de su dominio exclusivo.

Y ahora que se han ido todos y yo me las prometía tan felices y buscaba por los cajones el bikini del año pasado, para empezar a ejercer mi verdadera vocación que no es otra que la de lagarto, ahora, llega el invierno.

Si es que…

6 comentarios:

  1. Pues ármate de paciencia otra vez, que éste finde vienen los militareeesss, jajaja es el día de las fuerzas armadas, viernes concierto de marchas militares en plaza de la constitución, sábado maniobras en la Malagueta y por último desfile militar con rey incluido para el domingo. Has visto que informada estoy, pq me temo q tengo q bajar con la family buena de Al

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  2. Jod........rrr!! A que me mudo a la acampada de sol? Me dan unas tantaciones...

    Para lo tuyo, ya sabes, paciencia. O acampar en sol. Hay guarderías y todo ;))

    Gracias por pasarte, guapa.

    Besitos.

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  3. ...la calle Larios desierta y mojada, y cientos, miles de sillas vacias suspirando por ser ocupadas por un gloriso y triunfal pandero...

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  4. Pues este año han suspirado en vano, unas y otros (alabado sea dios).

    Gracias por comentar, anónimo, estás en tu casa.

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  5. Gracias a ti por compartir tu talento. Jorge.

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  6. La tercera vez que lo escribo, y es por eso de seleccioar perfil, bueno pues de frente a ver si asi me deja.
    Ya sabes seis horas despues aqui pasa lo mismo metereologicamente hablando, pues al menos nos libramos de la cabra y de los militares de la ministra, aunque creo que este finde proximo tendremos racion doble, un aeropuerto flotante se acerca con casi nueve mil de ellos, menos mal que ahora son mixtos (por parejas) y pienso que asi daran menos la lata. Jose.

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